Colombia se ha visto marcada por grandes cambios sociales, políticos y económicos, que llevan a cambiar las condiciones de todos los ciudadanos que la habitan; situaciones de violencia que han estado en la memoria de muchos de los habitantes a lo largo de los años y que poco a poco se ha venido naturalizando en la historia del país. Desde este panorama se debe trabajar en favor de la unión común de todos los miembros de esta nación y en la construcción colectiva de la paz.

La paz no es algo ajeno a nosotros, cada uno en su cotidianidad puede aportar a que en la sociedad se conviva de mejor manera. La familia es un espacio para el ejercicio de la paz, así mismo la escuela y las relaciones de amistad o interpersonales que vamos teniendo. Por ello, la invitación es a estar alertas con nosotros mismo para controlar los actos que llevamos y pueden generar relaciones conflictivas, cuestionarnos y buscar opciones de cambio para mejorar.

El compromiso de alcanzar una paz duradera debe empezar desde todos los escenarios sociales, políticos y económicos, porque es un tema que nos compete a todos los miembros de esta nación colombiana,; de ahí parte que desde casa se involucren todos en la formación de valores como la paz, el perdón, la solidaridad y la unión; desde el colegio, fomentar la cátedras de paz, los gestores de paz y desde las instituciones públicas, fomentar espacios para el diálogo y la construcción colectiva de la cultura paz, donde todos los ciudadanos se trasformen en líderes de paz, ayudando al mejoramiento continuo de un país que se ha visto marcado por hechos violentos y desde la unión de todos se pueda lograr la construcción de una mejor nación.

Hay que evitar una postura reduccionista o simplista de la paz, dejar de comprenderla como la inexistencia de todo conflicto o contradicción en las relaciones humanas que se dan al interior de la sociedad o entre los mismos grupos de poblaciones.

Lo que debe conducirnos a la paz es el reconocimiento de las diferencias en la visión del mundo, los intereses y maneras de buscar obtenerlo. Debemos más bien procurar por encontrar alternativas a los conflictos violentos, armados o de agresión por mecanismos de resolución que vinculen valores como la tolerancia, el respeto, la valoración de la vida, el dialogo y la unidad.

Como institución educativa queremos apostarle a la formación por la paz, que nuestros estudiantes se formen como aprendices y gestores de paz.

En el mes de julio se trabajó a nivel institucional el valor de la paz que permitió a los docentes y estudiantes reflexionar sobre la paz en diferentes espacios y se realizó el cierre del mes con la cátedra del juez de paz Aníbal de Jesús Arango, quien desde su experiencia personal invito a los estudiantes a convertirse en gestores de paz como parte de su proceso formativo y que el Cibercolegio UCN le apueste a formar gestores de paz, no solo en el marco del valor del mes sino desde el proyecto de cátedra de paz.

Redactado por:

Docentes de Ciencias Sociales.