El Cibercolegio presenta su mascota institucional
El Cibercolegio ha adoptado el águila como mascota institucional para toda la familia que la conforma. El presbítero Eduin Alberto Salazar Giraldo, rector de la institución, nos explica por qué el águila ha sido adoptada como el personaje para nuestro colegio:
Como personaje que nos identifica a la vez que nos muestra muchas de nuestras altas aspiraciones, aparece el águila: de ella podemos tomar gran variedad de riqueza simbólica y natural. En primer lugar, se impone en la mitología y en diversas culturas como un símbolo de poder; ha representado a gobernantes y guerreros y qué mejor en nuestra familia Cibercolegio que identificarnos con un símbolo que nos impulse a mostrar nuestro poderío como comunidad educativa. Poderío entendido desde la fuerza para hacer las cosas de la mejor manera y el empuje para transformar positivamente la sociedad, imponiendo lo bueno que hemos recibido desde la institución.
La valentía es otra característica propia que se le atribuye al águila y desde la cual no podemos ser ajenos en ningún sentido. Somos valientes porque buscamos nuevos horizontes, somos valientes porque experimentamos nuevas iniciativas y, sobre todo, somos valientes porque no dejamos de avanzar; siempre se corre el riesgo de detenernos y establecernos en una zona de confort, pero precisamente por la valentía que nos identifica, avanzamos en busca de nuevos retos.
La espiritualidad también ha visto en el águila un ícono elocuente, a tal punto que ha sido comparada con la actitud cercana que tiene Dios hacia el ser humano: «Como un águila incita a su nidada, revolotea sobre sus polluelos, así el Señor despliega sus alas y te toma, y te lleva sobre su plumaje» (Deuteronomio 32,11). El Cibercolegio desde su identidad católica recuerda continuamente la cercanía y afecto que se comparten tal como Dios nos ha dado generosamente su amor.
Desde este mismo sentido, en la iconografía cristiana, el águila se ha asociado al evangelista san Juan. Este evangelista nos da ejemplo de la contemplación del discípulo junto al Maestro, que es Jesús; también vemos, cuando se le asocia al águila, la capacidad privilegiada de volar alto y por ello actuar con sabiduría y prudencia, esto unido a que dicho animal cuando vuela mira directamente al sol, es decir, a la fuente de la cual encontramos la vida. En nuestro Cibercolegio la mirada siempre ha de estar a lo alto porque el soñar es lo que nos permite avanzar y construir.
También la resiliencia ha sido una característica que se le atribuye al águila y de la cual podemos extraer abundantes enseñanzas: desde la antigüedad se ha hablado de que el águila podía quemar sus alas en el fuego y luego caer al océano para salir con un par nuevo; bien puede ser esta una invitación a renovarnos constantemente, a levantarnos de las caídas que muchas veces pueden hacernos pensar que no hay solución, y como el águila hemos de ser capaces de levantarnos y renovarnos.
De las condiciones físicas del águila también podemos tomar muchos recursos para nuestra familia: su visión es una de las más privilegiadas en el reino animal; además de su gran agudeza, la cual supera al ojo humano por una indiscutible ventaja, está también la particularidad de que mientras desciende del cielo para buscar a sus presas, los ojos del águila logran tener un enfoque nítido y preciso a pesar de la alta velocidad. De la misma manera, la nitidez de nuestra visión de las realidades institucionales no se puede perder, ya que conociéndonos lograremos mejorar y avanzar con solidez.
Junto con la visión, evidenciamos en el águila un pico, tarso y garras poderosas que se imponen delante de muchos animales. Nuestras herramientas no son picos, ni garras, pero sí deben ser poderosas e imponentes; el empeño que ponemos para desarrollar las iniciativas que surgen cada día, los ánimos para sobrellevar los momentos complicados y la perseverancia para no desistir ante las dificultades se imponen como principales herramientas para cumplir las metas.
Finalmente, la belleza del águila no pasa desapercibida. Ha sido inspiradora de gran variedad de obras artísticas que deleitan espacios y momentos especiales; la belleza no puede quedar en la superficialidad, sino que como el águila debe estar acompañada de talentos y actitudes que la reluzcan y adornen.
De esta manera, motivamos a aprender y aplicar estas y muchas otras actitudes que evidenciamos en el águila. Desde la individualidad es mucho más complejo perseverar, luchar y alcanzar los sueños; desde el compañerismo, el apoyo mutuo y el trabajo en equipo, lograremos muchísimas más cosas. Por esto, aprendamos del águila para hacer de esta familia un ejemplo para todos los que se acerquen a nuestra institución, por la cual trabajamos con alegre corazón, para que siga siendo todo un privilegio.