El Cibercolegio se une a la campaña “Reviviendo la esperanza”
Una de las virtudes propias del cristianismo es la esperanza. En ella fuimos salvados, según reza el texto bíblico (Cfr. Rm 8,24). Es más, gracias a ella es que tenemos la fortaleza para asumir las dificultades de la vida diaria, debido a que confiamos en que llegarán tiempos mejores y, en un sentido más trascendental, porque esperamos la vida eterna en Dios.
Sin embargo, la esperanza más allá de un sentimiento que nos lleve a confiar en que algo bueno llegará, es una actitud de vida que permite movilizar nuestras actitudes personales y comunitarias. Por medio de la esperanza es que una comunidad puede generar un progreso material y espiritual, que le permita comprender las bondades y riquezas que dan sentido a la existencia de cada uno de sus habitantes.
Justamente esto, acompañado de un claro sentimiento de resiliencia y superación, es lo que se ha pretendido fortalecer en la semana que se vivió en el corregimiento El Aro, ubicado en medio de las montañas antioqueñas, que durante los días 18 y 23 de octubre tuvo presencia de la Diócesis de Santa Rosa de Osos y la Fundación Universitaria Católica del Norte – junto con su Cibercolegio – para revivir la esperanza que habita en el corazón de cada ser humano.
Se desarrollaron distintas iniciativas como acompañamiento psicosocial, formación a juntas comunales, conmemoración de acontecimientos históricos, asambleas familiares y, muy especialmente para nuestra institución, la inauguración del Centro Aprende El Aro. Desde allí se pretende ayudar en la formación integral de los estudiantes que terminan grado noveno en la institución educativa del corregimiento y hacer su media vocacional con el Cibercolegio, gozando de los beneficios de la virtualidad y llegando a muchos más territorios para transformarlos a partir de la educación.
Esperamos que este proyecto educativo naciente no solamente impacte positivamente sobre los estudiantes beneficiados y sus familias, sino que también repercuta y avive la esperanza en medio de una comunidad que está llamada a sobreponerse en las adversidades y a trabajar mancomunadamente para generar progreso y bienestar.
Redactada por:
Juan Esteban Orrego Echavarría
Coordinador de Identidad Católica