El mes mariano en el año de San José
Desde hace unos 300 años se ha globalizado la exaltación y devoción a la Santísima Virgen María en el mes de mayo, el cual se conoce como el mes mariano. Los orígenes de esta celebración en Europa tienen relación con la llegada de la primavera en dicho mes y es cuando muchas maravillas de nuestro Creador crecen resplandecientes, dejando a un lado el paso del frío invierno y esto se entiende como el triunfo de la vida, así como la Virgen María, le dio vida al Señor Jesús.
Nosotros no tenemos que estar en otro continente para descubrir las maravillas de una naturaleza que está naciendo permanentemente con flores y frondosa vegetación, y estas hablan también de las virtudes y belleza de la Virgen que son regalos del cielo para nosotros en la tierra; por eso hace parte del fervor mariano destinar un altar modesto con ofrendas como flores y velas que son producto de la primavera.
El año pasado en nuestro Cibercolegio, justamente en el mes mariano, teníamos el lema “Puerta del cielo, luz de las familias” y lo que se buscaba era que María nos abriera las puertas del cielo, al mismo tiempo que iluminaba a cada una de nuestras familias, pero esa apertura del cielo y esa iluminación no solo depende de la Virgen María, sino también del empeño que nosotros pongamos al cultivo de la fe, de los valores y de las creencias espirituales y devocionales.
Es muy significativa la celebración de este mes mariano, en el marco del año de san José, pues ambos como los padres de Jesús, fueron modelos de virtudes para él y de manera permanente para nosotros siguen siendo modelos de virtudes y cualidades humanas.
Finalmente, María, identificada con nuestra realidad latinoamericana, evoca el proyecto del ser humano, en busca permanente de la dignidad primera y fundamental. La “bendita entre todas las mujeres”, dignifica a la mujer en todas las dimensiones.