A lo largo de la historia el aprendizaje ha sido definido de manera común como una transformación relativamente estable en el conocimiento de alguien a consecuencia de la experiencia de esa persona. Al respecto, es importante afirmar que la idea mencionada es bastante amplia para definir cualquier tipo de aprendizaje, sin embargo, a la hora de pensar el aprendizaje en sí mismo han surgido diferentes preguntas como “¿qué significa aprender?”, “¿cómo aprendemos?”, “¿por qué aprendemos?”, “¿cómo se construye el conocimiento?”, “¿cuáles son las variables que intervienen en el aprendizaje y el desarrollo cognitivo?”.
A causa de las preguntas mencionadas surgen varias definiciones en cuanto al concepto de aprendizaje; se pueden mencionar las propuestas Jean Piaget (1896-1980) y Lev S. Vygotsky (1896-1934); el primero habla desde una teoría epistemológica genética, es decir, que las capacidades cognitivas se encuentran asociadas al origen, orgánico, biológico y genético, por tanto cada individuo aprende a su propio ritmo y a lo largo de su vida se desarrolla el aprendizaje mediante unas etapas, las cuales se muestran en el siguiente esquema:
Por otro lado, Lev S. Vygotsky plantea que el aprendizaje y el desarrollo humano consisten en la maduración orgánica y la historia cultural, es decir, por una parte, está la evolución biológica de la especie humana y, por otra, la evolución cultural que proviene desde las primeras comunidades de hombres y mujeres; además, considera el proceso de desarrollo general a partir de procesos mentales de origen biológico y funciones psicológicas superiores, de origen sociocultural. La historia de la conducta del niño nace a partir de la interrelación de estas dos líneas; por tanto, se explica el aprendizaje y desarrollo del niño como se muestra en el siguiente esquema:
En este orden de ideas, años más tarde surge una nueva teoría sobre el aprendizaje significativo crítico propuesto por Marco Antonio Moreira (2012), el cual define el aprendizaje como “aquella perspectiva que permite al sujeto formar parte de su cultura y, al mismo tiempo, estar fuera de ella” es decir, desarrollar habilidades y competencias en los sujetos que les permita relacionar los conceptos observados en el aula de clases y estos puedan ser relacionados con su vida cotidiana y para que estos puedan ser alcanzados propone nueve principios facilitadores:
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Aprender/enseñar preguntas en lugar de respuestas (Principio de la interacción social y del cuestionamiento).
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Aprender a partir de distintos materiales educativos (Principio de la no centralidad del libro de texto).
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Aprender que somos perceptores y representadores del mundo (Principio del aprendiz como perceptor/representador).
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Aprender que el lenguaje está totalmente involucrado en todos los intentos humanos de percibir la realidad (Principio del conocimiento como lenguaje).
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Aprender que el significado está en las personas, no en las palabras (Principio de la conciencia semántica).
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Aprender que el hombre aprende corrigiendo sus errores (Principio del aprendizaje por el error).
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Aprender a desaprender, a no usar los conceptos y las estrategias irrelevantes para la sobrevivencia (Principio del desaprendizaje).
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Aprender que las preguntas son instrumentos de percepción y que las definiciones y las metáforas son instrumentos para pensar (Principio de la incertidumbre del conocimiento).
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Aprender a partir de diferentes estrategias de enseñanza (Principio de la no utilización de la pizarra).
En este orden de ideas, el aprendizaje significativo se relaciona con el aprendizaje inclusivo mas no exclusivo debido a que este propone que todos los niños, niñas, adolescentes y jóvenes con o sin discapacidad o dificultades deben aprender juntos sin ser señalados desde la implementación de múltiples estrategias por parte de los maestros, ya que, desde la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Cultura, las Ciencias y la Educación) el aprendizaje inclusivo es visto como el proceso de identificar y dar soluciones a la diversidad y necesidades que surgen cada día en el proceso de aprendizaje.
Por tal razón, es importante mencionar que la relación que existe entre el aprendizaje significativo crítico como una alternativa en el aprendizaje inclusivo son conceptos que se encuentran estrechamente relacionados, debido a su incidencia en la realidad y el entorno de los aprendices y para esto se proponen unos principios facilitadores con el objetivo fundamental de que estos alcancen habilidades para relacionarse y enfrentarse a una sociedad, del mismo modo, el aprendizaje inclusivo propone una adaptabilidad al currículo que sea accesible para todos, es decir, se basa en el principio de que cada niño manifiesta características, intereses, capacidades y necesidades de aprendizaje distintos y deben ser los sistemas educativos los que están diseñados, y los programas educativos puestos en marcha, teniendo en cuenta la amplia diversidad de dichas características y necesidades.
En conclusión, el aprendizaje inclusivo es una alternativa que se propone con el objetivo, en un primer momento de que todos los niños con necesidades diferentes de aprendizaje no se sientan excluidos y poder innovar en los nuevos modelos del aprendizaje para romper, superar y alcanzar barreras en el aprendizaje inclusivo y construir un modelo de escuela incluyente y no excluyente.
Referencias bibliográficas.
Castañeda Ramírez Irma Graciela. (2008). El aprendizaje, a través de la mirada de diferentes autores. Tomado de: https://imced.edu.mx/Ethos/Archivo/41/41-27.pdf
González Cabanach, Ramón. (1997). Concepciones y enfoques de aprendizaje Revista de Psicodidáctica, núm. 4, 1997, pp. 5-39 Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea Vitoria-Gazteis, España. Tomado de: https://www.redalyc.org/pdf/175/17517797002.pdf
Moreira Marco Antonio. (2012). Aprendizaje significativo crítico. Tomado de: https://comenio.files.wordpress.com/2007/09/aprendizaje_critico.pdf
Redactada por: María Fernanda Marín Henao
Docente de Primaria Incluyente